CHICHARRÓN DE CUY DESHUESADO

RESEÑA Las cuyadas que más recuerdo son las de Apurímac de mi amigo Avelino Alegría, las de Ayacucho de Pepito Penado, las de Puno de Teresa Chura y las de Huanta de Hugo Crespo (que es el gran “pachamanquero” del Perú). “Pachamanqueando” es como se debe comer cuy. Olvídese de cualquier protocolo occidental e insértese en la cocina andina del buen gusto y el apetito festivo. Primero, saboree su tierna y crocante piel con las manos; luego, apunte a las costillitas, los brazos y las piernas. De acuerdo con los conocedores, los huesitos y orejas guardan el mejor sabor.
|
Estire 1 cuy sobre la tabla de picar, retírele la cabeza
y las garras de sus piernas y brazos, y deshuéselo con
dedicación. Realice lo mismo con los otros dos cuyes;
pero, además, sepáreles la carne de la piel. Corte, por
separado, la carne y la piel muy menudo. La primera se
reserva, mientras que la segunda se hierve en 3 tazas de
agua por 20 minutos, se escurre bien, se enharina y se
fríe a punto de chicharrón en abundante aceite.
En un bolo, mezcle la carne y la piel frita del cuy con ½ taza de maní salado picadito, ½ taza de quinua graneada y seca, 4 cucharadas de hojas de huacatay picado, 1 cucharada de rocoto sin pepas ni venas, sal, molle, 2 huevos enteros, 2 cucharadas de harina, 1 pimiento rojo soasado y picadito, y 1 hojita de paico. Una bien batiendo e integrando los sabores. Coloque este relleno sobre el cuy deshuesado, enrolle con arte antes de atar con pabilo y lleve al horno por 1 hora. Retire y deje enfriar antes de colocarlo sobre planchas o sartén caliente para que la piel se infle y reviente. Congele por 24 horas.
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario